Crisis del Coronavirus, la más importante en cien años.


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Los bancos centrales más importantes, con sus medidas extremas, están dejando ver que están en pánico. Han bajado abruptamente los tipos a cero a la vez que han anunciado inyecciones históricas de liquidez en los mercados. El quantitative easing y las compras directas en los mercados (bonos y acciones) no son más que impresión de dinero para sostener la valoración de los activos e intentar evitar una corrección que tendría consecuencias devastadoras en la valoración del ahorro global, tanto en manos de instituciones como de particulares (fondos de pensiones y de inversión).

Christine Lagarde, la jefa del Banco Central Europeo ha parafraseado el «whatever it takes» de Draghi con un «I would hope that I never have to do whatever it takes«, para dejar bien claro que el BCE hará lo que tenga que hacer para salvar el Euro. ¿Cómo? ¿Ya estamos otra vez intentando salvar el Euro? ¿Acaso está en peligro por el Coronavirus?

LOS BANCOS CENTRALES NO CONSIGUEN CALMAR LOS MERCADOS, AL CONTRARIO

Lo sorprendente -para los reguladores- en la crisis del Coronavirus, es que tanto las medidas de la FED como las anunciadas del BCE no han servido para calmar a los mercados, más bien todo lo contrario, los mercados se han desmoronado al contemplar el miedo en los ojos de los reguladores.

Por lo visto, cuando miras a los ojos a una persona en estado de pánico, nuestro cerebro se contagia de ese miedo en una fracción de segundo, antes de puedas ponerle nombre a esa emoción. ¿Por qué una respuesta tan electrizante a las emociones de otra persona? Reconocer una expresión de miedo en otra persona te puede salvar el pellejo en un futuro, porque lo que fuera que ha asustado a tu compañero podría ser un peligro para ti.

UN NUEVO CRACK BURSÁTIL ESTÁ EN MARCHA

Esto explica el tremendo batacazo del lunes 16 de marzo de 2020, horas después de la bajada extraordinaria de tipos de la FED, en el que el Dow Jones tuvo su mayor pérdida diaria, con 2.013 puntos de caída. Porcentualmente, con un -13%, sólo queda detrás del histórico «Lunes Negro» de 1987, nombrado así en honor al «Martes Negro» de 1929.

El batacazo del lunes 16 de marzo no ha sido un hecho aislado, al contrario, la bolsa venía de perder previamente un 22%, y después del lunes (-13%) ha llegado a perder otro 10%. En el plazo de un mes, mientras que la crisis del Coronavirus se controlaba en China con medidas de excepción, el virus ha ido creciendo en Italia, España y otros países de Occidente, y las bolsas han acumulado unas pérdidas -a fecha de hoy- que van desde el 25% (Nasdaq), el 30% (S&P 500, Nikkei 225), el 35% (Dow Jones, FTSE 100), y hasta el 40% (Ibex35, DAX, FTSE MIB, CAC 40). A fecha de escritura de este post, no está claro que el mercado haya tocado suelo, y lo más probable es que no, porque la crisis del Coronavirus previsiblemente se agravará en Occidente, sobre todo teniendo en cuenta que Inglaterra y Estados Unidos están demorando la imposición de medidas de distanciamiento social, para evitar unos impactos económico y anímico importantes sobre el conjunto de la población.

ESTA CRISIS ES LA CONTINUACIÓN DE LA DE 2008

Todo parece indicar que estamos entrando en una crisis profunda que, lejos de ser aislada, no es más que la continuación de la crisis de 2008, que se cerró en falso sin reducir la deuda global, gracias a la perpetuación de la misma con tipos de interés en valores experimentalmente bajos (similar a lo sucedido en Japón tras su crack inmobiliario de los 90). De hecho, la crisis de 2008 la podríamos conectar con la anterior del año 2000, la llamada de las Puntocom. En dicha crisis, ocasionada por la histeria de la revolución de Internet, se vio cómo el índice Nasdaq de las empresas tecnológicas pasó de cotizar por encima de lso 5.000 puntos en el año 2000 a 1.300 en 2002. Cerca de 5.000 empresas puntocom cerraron, y nuevamente los tipos se bajaron peligrosamente, dando inicio a la burbuja financiera que estallaría en 2008.

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Evolución de los tipos de interés de la FED. Notar que la burbuja inmobiliaria que estallaría en 2007-2008 se originó por una fiesta crediticia alimentada tras la crisis Puntocom del año 2000.
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Notar la tremenda corrección del Nasdaq en la crisis Puntocom.

Pero volvamos al presente. La velocidad en la que los principales índices han visto recortar su valor en 1/3 no tiene precedente. Dado que la crisis no tiene su origen en las finanzas (burbuja crediticia o de valoración de activos), sino en un parón productivo (oferta) y a continuación de consumo (demanda), las armas de los bancos centrales se antojan de juguete para salvar una congelación económica que ha llegado de la noche a la mañana.

En efecto, la población que hace apenas una semana disfrutaba de un estilo de vida placentero, está ahora perpleja asomada a sus balcones, viendo las calles desiertas apatrulladas (como diría Torrente) por una policía que no termina de entender lo que es una pandemia y que detiene a paseantes solitarios básicamente por su apariencia ociosa. Los propios vecinos son en ocasiones inquisidores: hoy mismo he visto a gente increpar desde sus balcones a un ciudadano que circulaba en patinete, sin saber cuál era el motivo de su desplazamiento. El miedo se ha apoderado de gran parte de la población, y de la policía.

España no se ha puesto a hacer tests de Coronavirus masivos para identificar y aislar con eficacia los brotes de contagio, ni se ha propuesto con la debida antelación provisionar mascarillas, guantes, ni lo más importante, EPIs para los sanitarios. El número de UCIs por habitante es menos de la mitad que el de Alemania, y recordemos que cuando faltan unidades de cuidados intensivos muere mucha gente que de otra manera podría recuperarse. Datos de UCIs por cada mil habitantes: Italia 2.6, Espana 2.4, Francia 3.1, Alemania 6. Peor que nuestro país solo están Suecia, Reunio Unido y Dinamarca.

PARALIZACIÓN DE LA ACTIVIDAD ECONÓMICA

El sector comercial está en gran medida cerrado, solo el comercio relacionado con los servicios básicos sigue funcionando (alimentación, sanitario y farmacia). La gran industria se ha visto obligada a parar, tanto por el riesgo de contagio entre sus trabajadores, como por la inconsistencia de toda la cadena de proveedores. Para que sirva de ejemplo, todas las plantas de fabricación de automóviles están paradas o parando en este momento (Volkswagen-Seat, Renault, Mercedes, PSA, Nissan, Ford, Opel e Iveco). Iberia acaba de aprobar un ERTE de 3 meses para el 80% de su plantilla. Otras empresas que paralizan su actividad: Airbus España, CAF, Pikolin, Desigual, H&M, Marina D’ Or, Air Europa, Cortefiel, Burger King, y un largo etcétera. Toda la industria turística está cerrada o en vías de cierre (todos los establecimientos turísticos deben estar cerrados por decreto el 26 de marzo como tarde), esta Semana Santa se va a perder seguro, y es incierto si para el verano se habrá subsanado la pandemia y si por el lado del consumidor habrá demanda de viajes cuando sus ingresos y su ánimo se hayan visto mermados en los meses anteriores.

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LA ECONOMÍA EN LA UCI

Entretanto, ¿cómo se mantiene a flote una sociedad y una estructura productiva en disrupción? ¿Cómo se evita la destrucción de un tejido empresarial compuesto sobre todo de pymes que tiene que pagar alquileres, amortizaciones, cotizaciones sociales, etc, si no hay ingresos?

Si situación económica se puede volver rápidamente dramática y los subsidios públicos, si bien pueden amortiguar los daños, son insuficientes para los sectores más afectados, se conceden a costa de un incremento vertiginoso de la deuda pública que es, como bien sabemos, deuda de todos los españoles.

EL MERCADO INMOBILIARIO

La reciente subida de precios inmobiliarios se verá inevitablemente afectada por una corrección, visto que los precios se han ido aproximando a los de la burbuja de 2008. En efecto, cuando una gran cantidad de valor se destruye en cuestión de días en la bolsa, el dinero disponible para el inmobiliario se reduce drásticamente. La actitud defensiva tanto de empresas como de familias inhibe todo endeudamiento, por lo que la demanda inmobiliaria cae, y la banca tampoco encuentra clientes con una demanda solvente de crédito, sino particulares y empresas con el agua al cuello deseando agarrarse a un salvavidas.

LA FALSA SOLUCIÓN: EL HELICÓPTERO DEL DINERO

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Bruselas acaba de anunciar la flexibilización del Plan Europeo de Estabilidad que, dicho de otra manera, va a permitir el crecimiento de la deuda pública de los países más afectados por la pandemia. Así, los estados podrán emitir deuda para asumir el coste de toda una serie de medidas extraordinarias.

Por un lado a las empresas, quitando sus costes laborales mediante ERTEs, demorando el pago de créditos e inyectándoles liquidez para evitar el cierre. A los autónomos, perdonando sus aportaciones a la seguridad social, subsidiándolos con el paro e interviniendo en los alquileres de los negocios. A los trabajadores por cuenta ajena, con el subsidio del paro e interviniendo en las hipotecas y los alquileres en casos de desprotección.

Todo esto cuesta dinero, una cifra escandalosa de dinero, a un estado ya endeudado en más del 100% de su PIB y con el Fondo de reserva de la Seguridad Social agotado. España en 2008 disfrutaba de una deuda pública muy baja (36% del PIB) y un fondo de reserva de la Seguridad Social bien dotado, por lo que había mucho margen de endeudamiento para proporcionar ayudas públicas a la sociedad. Hoy en día no es el caso, aunque lo mismo sucede en varios países de la Eurozona.

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Evolución del Fondo de Reserva de la Seguridad Social hasta 2019

¿A DÓNDE NOS LLEVA LA IMPRESIÓN DE DINERO Y EL ENDEUDAMIENTO PÚBLICO?

El equilibrio cambiario entre divisas es fruto de la competitividad económica entre las zonas monetarias. Se puede prever que las principales áreas desarrolladas del mundo se verán afectadas en mayor o menor medida, y que sus economías reaccionarán de manera distinta en función de la estrategia empleada para luchar contra la pandemia.

En efecto, se podrá entender que hay un equilibrio delicado entre la protección y cuidado sanitario de de los ciudadanos, y el de la economía. Un enfoque exclusivamente sanitario es lo que se ha aplicado en China (sorprendentemente para una dictadura), gracias a que la autoridad pública es indiscutible y han podido aplicar a la población medidas muy duras de confinamiento y aislamiento social.

En el otro extremo están los países anglosajones como el Reino Unido y Estados Unidos de América. En ambas naciones, con una cultura de protección social escasa, se prioriza la preservación de la economía, retrasando al máximo el cierre de escuelas y las medias de distanciamiento social que podrían afectar a las actividades laborales. Está por ver si la aceleración de la curva de contagios no hace cambiar de estrategia a estos países, pero con una tasa de infectados mayor y por tanto con mayores dificultades sanitarias para atender a los enfermos.

El hecho es que los países que necesiten más ayuda monetaria para salir adelante estarán provocando una devaluación de su moneda por la vía de la impresión de dinero. Si esto no sucede en China, pero sí en las mayores potencias de Occidente por errar en su estrategia cortoplacista de privilegiar la economía a costa de las personas, podríamos estar asistiendo a un cambio en la hegemonía mundial, tomando China el relevo de Estados Unidos. Y el mecanismo por el cual sucedería esto sería mediante el declive del petrodólar y el regreso a un patrón oro u otra divisa que no fuera manipulable por ninguna potencia en particular.

Ya es notorio el hecho de que parece que va a ser China quien ofrezca ayuda al resto del planeta para suministrar material médico y de prevención. De hecho, ¿casi todo se hace en China, no? Toca ahora padecer las consecuencias de una globalización excesiva.

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