En este artículo trato la relación entre una posible implantación de la RBU y las restricciones que supone la Union Europea a los necesarios ajustes que conllevaría. 
La Renta Básica Universal consiste -a modo de introducción al artículo y sin entrar en detalles- en una renta que cobraría todo ciudadano residente en el país por el mero hecho de existir, con independencia de que tuviera trabajo, fuera pensionista o fuera estudiante. Por eso se conoce también como Renta Básica Incondicional (RBI), término que prefiero por ser más claro y que emplearé en el resto del artículo.
También hay que aclarar que todos los demás subsidios cuya cuantía fuera inferior a la RBI no se cobrarían. Los subsidios de cuantía superior considerarían incluida la RBI, y por tanto no percibirían mejora.
Las virtudes esenciales de la RBI suelen considerarse:
- Eliminaría la exclusión social, el hambre y la probreza.
- Incrementaría la demanda interna del país, y por tanto crearía puestos de trabajo.
- Mejoraría las condiciones de negociación salarial, ya que el trabajo en condiciones indignas no sería aceptado.
- La riqueza estaría mucho mejor distribuida, lo que repercutiría en una sociedad mejor y más igualitaria.
Los detractores de la Renta Básica Incondicional suelen criticarla con los siguientes argumentos:
- Patricia Botín también cobraría la RBI, lo cual no tiene sentido. Es una ayuda indiscriminada que cobrarían también los más ricos.
- Tiene un coste disparatado de 145.000 millones de euros anuales, que se traduce ya sea en subida desproporcionada de impuestos o en impresión desaforada de dinero (imposible en la eurozona).
- Desincentiva el trabajo en zonas de baja renta o en ciertos grupos sociales.
- Provoca un efecto llamada para la inmigración.
- Hace perder competitividad al país por los altos costes laborales, lo cual lleva a una crisis de balanza comercial y de pagos como la que padecemos en estos últimos años.
En el resto del artículo justifico qué críticas considero infundadas, pero también cuáles son reales y cómo enfrentarlas. Sigue leyendo