P2P Lending – ¿Crédito entre Particulares o crédito entre Pardillo y Precario?


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¿BANCA DEL FUTURO O PRÓXIMA ESTAFA PONZI?

En los últimos años y especialmente meses, se han ido popularizando los servicios online de préstamo P2P, acrónimo de Peer-To-Peer, y que se podría traducir como “entre pares” o, para entendernos mejor, entre particulares. El volumen de crédito concedido está aumentando exponencialmente, así que prepárense para oír hablar de ello en los próximos años.

Los nombres más establecidos internacionalmente son Lending Club, Prosper, Funding Circle, Upstart y Zopa. En castellano funcionan, por citar solo tres, Lendico, Comunitae o Lubbus. Prometen un crédito más barato para el deudor y una rentabilidad sin par para el acreedor, todo ello a costa de robar mercado a la banca tradicional.

Pero las cosas no suelen ser lo que parecen, sobre todo cuando se prometen ventajas para todo el mundo.

¿QUÉ ES EL P2P LENDING?

El crédito P2P consiste, como ya suponéis, en prestarse entre particulares para ahorrarse el beneficio de los bancos. En principio, la reducción de costes entre deudor y acreedor revierte positivamente en ambas partes, pero a costa de asumir por parte del acreedor el denominado riesgo crediticio.

En un contexto en el que la banca tiene serios problemas de solvencia que le dificulta prestar, los beneficios sociales del P2P Lending son un argumento a su favor.

Lending Club

El pasado jueves 11 de diciembre de 2014 salió a bolsa la empresa más importante del sector, Lending Club, que vio cómo el primer día se disparaba su cotización un 56% haciendo ganar a sus dueños 3.500 millones de dólares. Su capitalización a día de hoy (15 de diciembre de 2014) ha subido hasta unos formidables 9.000 millones de dólares, habiendo prestado hasta ahora unos 6.000 millones de dólares, según sus propios datos.

Esta empresa fundada en 2006 obtiene rápidamente el apoyo del capital riesgo. Su fundador Renaud Laplanche, un francés afincado en California, ha ganado su credibilidad vendiendo a Oracle por 10 millones de dólares un software de búsqueda para empresas llamado MatchPoint.

El crecimiento en los primeros años fue moderado, mientras resolvía conflictos con la SEC (el supervisor norteamericano, equivalente a la CNMV) respecto de su manera de operar, pero a partir de 2010 los números empiezan a crecer considerablemente.

Cuenta entre sus accionistas a Google (con un 7%), a Larry Summers (exsecretario del tesoro norteamericano) o John Mack (exconsejero delegado de Morgan Stanley) entre otros prominentes nombre de Wall Street.

En lo que sigue de artículo, tomaré como referencia la manera de funcionar de Lending Club para ilustrar las virtudes y los peligros de hacer negocio con el P2P Lending.

P2P Lending para el inversor o acreedor

El ahorrador se abre una cuenta y deposita el dinero que desee arriesgar. A través de la web se hace una búsqueda de solicitantes de crédito, filtrando por importe, plazo y calificación crediticia (riesgo).

El tipo de interés medio es del 16% (!), con valores comprendidos entre el 6 y el 26%, en función del riesgo percibido por la compañía, expresado con letras de la A a la G. Le corresponde a uno mismo analizar los datos suministrados, leer la historia y las venturas del solicitante, y decidir si presta y cuánto (mínimo 25$ por solicitante) a cada uno.

Lending Club recomienda diversificar en varios créditos para reducir el riesgo de impago, que lo tasan en un 3-4%, sin especificar si toman como base los créditos ya devueltos, o si es respecto de todos los créditos, incluso los que acaban de conceder. Recordemos que es un mercado en explosión, y por tanto la mayor parte del volumen de crédito está recién concedida y tiene aún poco tiempo de vida para producir impago.

P2P Lending para el solicitante o deudor

El solicitante se da de alta y proporciona la información exigida más la opcional que le ayude a presentarse como solvente. Especifica sus necesidades de crédito, y Lending Club determinará el tipo de interés para el préstamo a 3 años. Alargar a 5 años encarecerá exageradamente el interés y las comisiones.

Un gran número de solicitantes son rechazados directamente por no cumplir con unos requisitos objetivos, como el historial crediticio, el ratio de endeudamiento familiar y otros factores que, en principio, dan tranquilidad a los inversores.

INCENTIVOS DE LOS AGENTES INTERVINIENTES

Los incentivos son, en la mayoría de los casos, los datos objetivos que mejor explican los desastres financieros (y los éxitos). Dale a alguien la posibilidad de robar sin ser descubierto, y puedes apostar a que lo hará.

Incentivos para las empresas de P2P Lending

Lending Club se lleva una comisión por los créditos que intermedian, que oscila entre el 1 y el 5% para el deudor y el 1% para el inversor. La comisión sobre el deudor se la cobra de inicio con la emisión del préstamo, con lo que hace un beneficio inmediato con independencia del futuro cobro de las cuotas.

El riesgo crediticio es trasladado al acreedor, que no cobrará sus cuotas si Lending Club no cobra primero del deudor. Aún peor, en caso de impago Lending Club cobrará por la gestión del recobro de las deudas, si bien advierten que la probabilidad de recuperar el capital es mínima.

Resumiendo, su negocio a corto plazo consiste en que se concedan créditos, no en que se devuelvan. Eso sería un incentivo a medio y largo plazo para ganar usuarios. Pero ya sabemos que los accionistas, y por tanto la directiva, solo responden al negocio al corto plazo, incluso a muy corto plazo (la próxima entrega de dividendos y un pelotazo en la valoración de las acciones).

En un mercado de préstamo p2p en crecimiento vertiginoso, los beneficios a corto plazo pueden ser cuantiosos antes de que los problemas se hagan públicos. La reciente salida a bolsa de Lending Club podría verse como una manera extraordinaria de vender la empresa a particulares antes de que salgan a la luz los problemas de los inversores (¿os recuerda a Bankia?).

Aún diría más, en un mercado en crecimiento exponencial, se podrían pagar a los inversores las cuotas impagadas por los deudores para retrasar el reconocimiento de una morosidad insostenible. Es decir, que en principio se dan las condiciones para otra estafa tipo Ponzi.

Incentivos para los inversores o acreedores

Cada vez es más complicado obtener rendimiento para los ahorros debido en un contexto de tipos de interés en mínimos históricos. Esta es una política obligada de los bancos centrales para sostener al sistema financiero, y tiene además la consecuencia de que los ciudadanos trasladen sus ahorros de depósitos garantizados por el estado a productos financieros que en muchos casos no entienden, como las tristemente famosas participaciones preferentes y la deuda subordinada.

En este contexto, al que hay que añadir la lógica demonización de la banca, aparece esta opción de obtener un rendimiento elevado a nuestro dinero a la vez que se colabora con una causa justa: facilitar el crédito a quien más lo necesita.

Incentivo para los solicitantes de crédito o deudores

Durante estos años de recortes y recesiones, decenas de miles de pequeñas empresas y autónomos (millones si nos referimos a Occidente en su conjunto) están quebrando por problemas de liquidez, es decir por no cobrar a tiempo deudas con las que honrar las suyas propias. De haber contado con crédito a tiempo habrían podido pagar a sus acreedores y mantenerse activos sin destruir empleo, puesto que eran rentables.

Muchos más trabajadores por cuenta ajena se van al paro por la depresión en el consumo que ha creado la austeridad. Ante semejante panorama de falta de demanda, a lo que se suma la insolvencia de la banca, la entidades de crédito consideran su función primordial -la concesión de crédito- como una actividad de excesivo riesgo.

Por ello, muchos ciudadanos a los que el banco ha negado crédito se ven obligados a buscar otras salidas como financiarse con crédito P2P. Parte de estos ciudadanos serán capaces de devolver los créditos, pero otra parte no lo será.

Con esto quiero decir que es obvio que la proporción de personas insolventes solicitantes de préstamos en los servicios de crédito P2P será importante. Hay personas que ante una insolvencia financiera en su empresa saben capitular minimizando pérdidas, pero también hay muchas otras que juegan al doble o nada, con su dinero y con el de los demás.

Otra cosa que podría estar pasando es que ciudadanos en situación desesperada estén solicitando financiación simultáneamente en varios servicios de crédito p2p, o que varios miembros “limpios” de una misma familia estén solicitando crédito por esta vía.

CONSECUENCIAS ANTE LOS INCENTIVOS

Como podréis deducir a estas alturas, lo que me sugieren los incentivos de los 3 agentes que intervienen en estos créditos me recuerda mucho al escándalo de las hipotecas subprime en EEUU. Los bancos concedían créditos a diestro y siniestro por viviendas sobrevaloradas, y titulizaban las hipotecas llevándose una copiosa comisión y trasladando el riesgo a los fondos de inversión de los ciudadanos corrientes a través de la banca comercial y las agencias de rating que asesoraban en cómo obtener la triple A.

En este caso, lo explico más adelante, parece que quien concede los créditos no son las empresas de crédito P2P, sino unos ciudadanos (mal) informados a través de estas.

La página no hace una investigación adecuada, ni conoce personalmente al solicitante de préstamo, simplemente utiliza el “credit score” que comparten los bancos. Dicho credit score puede hablar del cumplimiento de pagos en el pasado del solicitante, pero no de los problemas financieros que pueda estar a punto de padecer por culpa de situaciones recientes.

Solo en un 25% de los casos se hacen gestiones activas para comprobar la veracidad de los datos aportados por los deudores, el 75% restante se da por bueno.

Los préstamos no están asegurados de ninguna manera. En caso de impago del prestatario, el prestamista no puede emprender directamente acciones legales, tiene que estar a expensas de la gestión del servicio P2P.

FUNCIONAMIENTO REAL DEL P2P LENDING

Hasta ahora hemos creído que el P2P lending facilitaba el crédito directo entre particulares. No es así, al menos técnicamente.

Lending Club se ha topado con la SEC (el regulador norteamericano) cuando ha querido revender los créditos entre particulares desprendiéndose de todo el riesgo.

Por ello han tenido que buscar una fórmula por el que el inversor (o acreedor) presta a Lending Club, y Lending Club presta al solicitante de crédito (o deudor). Esto no quita para que el acreedor no cobre si el deudor particular no paga, pero añade el riesgo de la quiebra de Lending Club para al acreedor.

Poniéndonos muy suspicaces, este mecanismo podría facilitar que Lending Club ocultara el impago de algunos deudores, puesto que si bien tiene la obligación de pagar al acreedor si el deudor paga, nada le impediría pagar al acreedor aunque el deudor no pagara, con tal de ocultar una morosidad excesivamente alta entre sus clientes.

OPACIDAD EN LAS CUENTAS

Volviendo al caso ejemplar de Lending Club, sus cuentas consisten en unos resúmenes de números gordos en los que se echan de menos el detalle anónimo de los créditos concedidos, los impagos, etc.

Se podría dar el caso, y sé que es aventurarse mucho, de que algunos inversores importantes estuvieran prestándose a sí mismos a través de la compañía para hinchar el volumen de crédito concedido, para reducir la proporción de impago, y para -en definitiva- hacer subir el valor valor de su participación en la compañía.

CONCLUSIÓN

Está claro que el sistema bancario merece arder en el infierno por la expropiación de riqueza que ha practicado a nuestras sociedades, con la colaboración clientelista de los partidos políticos, pero la función de analizar, conceder o rechazar y asumir los riesgos del crédito la debe realizar alguien.

Un sistema bancario privado regulado democráticamente y al servicio del interés general no hubiera permitido la generación de una burbuja crediticia e inmobiliaria como la que padecemos ahora.

Son muchas las medidas sencillas que se podrían haber tomado para evitarlo, y que no se tomaron a conciencia: advertir de la existencia de una burbuja inmobiliaria, subir el tipo de interés hipotecario (a falta de controlar el tipo del BCE), establecer la dación en pago como regulación de la tasación de los inmuebles, limitar al 80% el importe de la hipoteca o limitar su plazo a 20 años, prohibir la titulización de las hipotecas y la comercialización de estos productos de origen extranjero (así el riesgo se lo habría quedado entero la banca), y un largo etcétera.

Lo que pasó en este país, y en el resto de Occidente es que se orquestó un marco legal escrito al dictado por la banca, acreedora de los partidos políticos. Cualquier regulación mínimamente decente habría aguado la fiesta a la desproporcionada burbuja inmobiliaria vivida.

Por eso, no ha sido un laissez-faire lo que ha permitido a la banca arruinar a muchos países, ha sido una simbiosis económica entre el Ibex35, los partidos políticos y los medios de comunicación.

Pero volvamos al tema. O mucho me equivoco o dentro de pocos años la economía del crédito P2P implosionará como lo han hecho antes otros sectores, solo que esta vez no se esperen rescate público de ningún tipo mientras los accionistas de estos negocios se frotan las manos diseñando la próxima estafa.

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