Llevamos oyendo la frase “demasiado grande para caer” sin parar desde hace 3 años. No por oírla mil veces va a ser verdad, o va a dejar de ser mentira. La propia frase esconde la mentira. Si se empieza por decir demasiado grande, está claro que tendrán que ser más pequeñas, y no seguir haciendo lo posible para que sean más grandes todavía. Todo lo que sube baja, o debería poder bajar si se lo ha buscado.
¿Alguien ha explicado qué pasaría si esos demasiando grandes para caer cayeran? ¿Sería el fin del mundo? Esto lo trataré en otro post cuando estudie el caso Islandés, en el que dejaron caer a su banca y ahí siguen. No se ha hundido la isla, y desde luego parece que están mucho mejor que Irlanda que se empeña en rescatar a sus bancos para no hundir a la banca inglesa y continental.
En el complejo organismo que es la economía, el sistema financiero cumple una función indispensable. Permite anticipar una cierta actividad económica a cambio de una promesa de devolución del capital más intereses.
Esos intereses que ganan año a año dependen del saldo deudor del resto de la sociedad en un momento dado. El capital devuelto se destruye de la misma manera que el capital que prestaron lo crearon desde la nada (gracias a una licencia que tienen proporcionada por los bancos centrales).
Si el sistema financiero tiene un tamaño moderado, la sociedad no tiene problemas para pagar los intereses, pero cuando el sistema financiero se hace descomunalmente grande, los intereses crecen en proporción, y ahoga a los estados, las empresas y los hogares.
En la siguiente gráfica se ilustra la evolución del sistema financiero en Estados Unidos. En Europa ha ocurrido algo similar.
Podemos observar que el sistema financiero se ha duplicado desde 1980. Ahora es 4 veces el PIB, lo que si suponemos un tipo de interés del 4 ó 5%, viene a suponer que absorben un 15-20% de la riqueza producida en cada momento sin que realmente hayan creado ningún bien real. Es una bola que se hace cada vez más grande.
Con todo ese capital acumulado persiguen conseguir más beneficio, con lo que invierten cantidades colosales en futuros de materias primas, generando otras burbujas colaterales. El exceso de capital existente en el sistema financiero generará sin parar burbujas especulativas.
Esto es completamente insostenible. Hemos llegado hasta este punto por culpa de una burbuja de dimensiones colosales, espoleada por un tipo de interés sorprendentemente bajo.
Ya no tenemos alternativa, hay que dejar caer al sistema financiero de la mejor forma posible, y hacer renacer otro nuevo más regulado. Si lo hacemos todos los países a la vez será lo mejor, pero eso es una utopía. Y si lo hace España como lo ha hecho Islandia, eso implicará una necesaria y salvadora salida del Euro (más sobre esto en otro post).
La culpa de la situación a la que hemos llegado no es del sistema financiero, ni de las empresas, ni de los particulares. Son los políticos quienes deben poner las reglas del juego para limitar su propia codicia, la codicia de los bancos, codicia de las empresas y la codicia de los hogares. El problema es que los políticos están a sueldo del sistema financiero y empresarial, cuando se supone debería estar al servicio de los ciudadanos.
Pero algo no encaja. ¿Por qué querrían los bancos y las empresas generar una burbuja que acabara por destruirlos a todos? Esto lo explicaré en otro post.
Marzo de 2011 en Tumblr.
Copiado en diciembre de 2011 a WordPress.
Gabriel Asuar Coupé
desgobierno.wordpress.com
El sistema es producto de la conciencia colectiva, ya sea a favor o en contra, existe porque lo hemos creado, aunque se ha escapado de nuestras manos, la única manera de mejorarlo es participando como ciudadano y no negar nuestros derechos y obligaciones como tales, el sistema es el resultado de lo que todos creemos, tenemos que manifestarnos en todos los aspectos.
La indiferencia y aceptación del status quo sin desafiarlo, aparentemente es la posición más confortable que elige la mayoría, ¿Es lo más saludable esperar que la solución la den otros? ¿Regirse por las opiniones de ”Los expertos”, que “saben cómo acomodarle el mundo”, sin tener que pensar por uno mismo ni tener ideas propias?
Dejar la conducción de la sociedad a los que quieren aprovecharse creando puestos de autoridad y poder, que marginan al resto, no es la solución.
Entonces, finalmente el problema se reduce a desarrollar una conciencia propia, legítima, original e individual, porque la comunidad es la reunión de individuos y sin individuos no existe comunidad, la comunidad como entidad no piensa, los que piensan son los individuos que la conforman, las creencias colectivas, son el resultado de las creencias individuales.
El problema es que damos mayor valor a la conciencia colectiva que a nuestra conciencia individual y al final somos marionetas en la mano de algunos que se autoproclaman representantes de la voluntad popular.
Carl J. C. Jung estudió el trastorno por valorizar la conciencia colectiva por encima de la propia, en creer más en las opiniones de otros que en las de uno.
Hay quienes quieren influenciar la conciencia individual, para hacerla creer que lo que dicen es la conciencia colectiva, tratando de hacer una paella con todos los cerebros y comérsela. Es la publicidad, tratando de sobre escribir nuestras opiniones diciendo: Todos usan tal producto, tú también deberías usarlo, de otra manera no encajarás.
No basta con pagar los impuestos que son extorsionados para mover la sobre-pesada administración pública para recortar las libertades del ciudadano; hay que participar en la constitución, desarrollo y control del gobierno sin partidos políticos
El resultado es que el individuo es marginado del poder público, se presume que una cierta elite es el cerebro de la comunidad y que va a dar los mandamientos que el resto tendrá que cumplir, le cuadre o no le cuadre, aunque lo vistan en armas y lo manden a la guerra.
Cada ley o regulación es una nueva amputación de la libertad individual, con el añadido que se tienen que crear nuevos mecanismos de control para esa nueva ley, con nuevos costos y nuevos impuestos.
Al disminuirse la confianza en el individuo, lo hace evasor de la ley, lo criminaliza y pierde sus cualidades naturales de bondad y decencia humana y el estado pasa de ser un servidor público a ser un enemigo público temible, en el que el individuo ha perdido la confianza y la causa de todo esto es la existencia de partidos políticos, algo totalmente inconsecuente en el siglo XXI.
Conclusión: Desarrolle la conciencia individual y sea más consciente y menos autómata seguidor del sistema y cumpla responsablemente expresando sus deseos y aportando algo de su tiempo al servicio a la comunidad.
Los controladores, auto proclamados conductores de la sociedad inventan leyes y regulaciones para conformar una sociedad perfecta de autómatas obedientes, pretenden que el ser humano es malo por naturaleza, Pero ellos ¿que son, no son seres humanos también? ¿qué es lo que los hace mejores? El ser humano es bueno de naturaleza, ellos crean la desconfianza y el resto se la cree.
¿Hasta dónde se puede perpetuar un sistema en espiral auto-destructivo? ¿No será que las guerras y revoluciones vienen a lavar con sangre la indiferente permisividad del ciudadano irresponsable para hacerlo reflexionar? Bueno, como dicen, lo único que podemos aprender de la historia es que no aprendemos de la historia, y que cada pueblo tiene el gobierno que se merece.
Individualismo o individualidad no quiere decir no participar, quiere decir ser original y diferente; lo que no se puede evitar, cada uno es diferente y separado, aceptar las diferencias participando juntos en nuestra comunidad y sus decisiones, tiene que ser parte activa de nuestra vida. La unidad en la diversidad, tal es como funciona la biodiversidad de la naturaleza, la falta de algo inicia una reacción destructiva en cadena.
El ciudadano normal ha sido marginado y solo participa para legitimisar las pretensiones de algunos que no tienen los intereses individuales como prioridad, sino los suyos propios.
Esto no justifica que el individuo permanezca indiferente, porque aunque no pueda participar, puede pensar y tener la intención de participar, si esto se hubiera hecho desde el principio, este orden de cosa no existiría, pero ahora hay fuerzas muy interesadas en mantener el status quo porque se nutren abundantemente de este.
Cada nueva ley disminuye la ética, la dignidad al ser humano, la bondad natural y caridad hacia el prójimo, etc., es importante decirlo, así yo me sacudo el polvo de la suela de mis zapatos, yo no creo que yo merezca este tipo de gobiernos, pero depende de la mayoría, si la mayoría es indiferente y no toma responsabilidad, entonces se merece las consecuencias perpetuas de este sistema.